SEGUIMOS LO QUE CREÍAMOS QUE ERA UN CAMINO

RIKARD BECKMAN, DIRECTOR Y JEFE DE LA EXPEDICIÓN DE RECONOCIMIENTO DEL G4 CHALLENGER 2006, HABLA SOBRE LA CAPACIDAD DEL DISCOVERY Y EL COMPLICADO TERRENO DE BOLIVIA.

Pasamos un año y medio reconociendo el terreno y preparando el G4 Challenger 2006 y durante ese tiempo fuimos como uno más de la zona. Vivíamos en Santa Cruz y conocíamos los mejores bares, las mejores rutas y los mejores contactos.




Éramos dos suecos, un sudafricano, un par de británicos y un español. Seis tipos en busca de los mejores lugares que pudiéramos encontrar en Bolivia. Teníamos que localizarlos, probarlos y calificarlos. Era un trabajo inmenso. Encontramos sitios fantásticos en los que nadie había estado antes, ni siquiera los guías locales.


Un día, íbamos siguiendo lo que creíamos que era un camino. Según empezó a ascender por la ladera, el camino dejó de serpentear, era una cuesta recta. Estaba claro que era ahí donde pondrían el cable. La pendiente se hizo muy, muy pronunciada. Al final el Discovery pasó sin problemas, pero la cuesta era tan empinada que daba miedo.


Las carreteras de Bolivia son realmente extremas. Son todas de gravilla y si te toparas con un tramo así en Suecia o Inglaterra, irías a dos por hora porque sabes como mucho duran cien metros. Pero en Bolivia toda la carretera es así. Nuestro mecánico dijo que el esfuerzo que tuvo que hacer la amortiguación en un día en Bolivia fue mayor del que habría soportado durante toda una vida de uso en el Reino Unido.